sábado, 9 de enero de 2016

Es ahora cuando toca (Comunicado de Entre Totes Podem)


Los resultados electorales de los 20D han sido un éxito para las fuerzas del cambio, tanto para Podemos, como para las coaliciones En Comú Podem de Catalunya, Compromís-Podemos en el País Valencià y En Marea de Galiza, en las cuales la integración de fuerzas ha significado unos resultados espectaculares. Aun así, esta importante victoria es sólo parcial y todavía queda mucho camino para conseguir, en beneficio de las clases populares, los cambios que la situación de emergencia social que estamos viviendo requiere. Al respecto de esto querríamos reflexionar sobre que necesitamos para llevar adelante, de la manera más eficaz posible, la transformación de los sistemas económico y político del régimen del 78, basados en la desigualdad, la injusticia y la corrupción. Con el 15-M abrimos una oportunidad y tenemos que aprovecharla. Es sin duda el momento de la confluencia tanto externa como interna.

De manera resumida, podemos decir que nos es preciso construir un instrumento político que permita la más amplia participación de la gente, con estructuras asamblearias y al mismo tiempo con órganos ágiles que tengan capacidad ejecutiva y en los cuales los criterios de eficacia política y de participación desde bajo puedan coexistir en el día a día. Hace falta también conjugar la presencia en las instituciones y la capacidad de formar gobiernos de cambio, con la presencia en las calles, la existencia de movimientos sociales activos y potentes y la organización popular desde abajo, arraigada en los barrios y a los centros de trabajo. Se tienen que tener objetivos políticos claros, a sabiendas de qué y cómo se tiene que cambiar para poder transformar el régimen actual, sin caer en falsas ilusiones, ni pensar que estos cambios se hace de manera fácil o que pueden llevarse adelante evitando las confrontaciones con los grandes poderes económicos y mediáticos. Cuestiones como el impago de la deuda ilegítima, el control sobre la banca y sobre los sectores energéticos claves, la reforma fiscal progresiva para que paguen más los que más tienen o la renta básica universal... tienen que estar siempre muy presentes. Finalmente, como el caso de Grecia ha mostrado de forma sangrienta, es imprescindible promover la solidaridad entre los pueblos y que estos actúen de manera conjunta, si quieren libarse de la opresión de la Troica, de Brusel·les y de Merkel, que atacan de manera sistemática las pensiones, los servicios sociales de salud y sanidad y los derechos sociales y laborales de la mayoría de la población.


Volver al asamblearismo, la pluralidad y la participación popular para ser más eficaces.

La participación desde abajo y el asamblearismo no son caprichos de políticos de salón ni utopías farragosas, sino que- a pesar de todos los problemas que supone ponerlos en marcha y mantenerlos -son la manera más eficaz de gestionar una organización que pretende resolver los grandes problemas que nos afectan y de reflejar la sociedad que queremos. El asamblearismo libera las energías creativas, acerca los conocimientos populares y técnicos y hace que la política se elabore a partir de las experiencias y necesidades de la gente, permite tener una gran sensibilidad para detectar los errores políticos, al mismo tiempo anima a la gente a participar, porque siente la organización como propia. El asamblearismo es participación y transparencia. Es la nueva política.

En el País Valencià, la decisión de la dirección valenciana de no confluir con ETP en las primarias para la lista electoral autonómica significó la escenificación, otra vez, de la división interna y la exclusión definitiva de importantes sectores del partido. ETP, con una fuerte presencia en el activismo de los círculos, era y es una parte troncal de Podemos y su marginación significó el debilitamiento profundo del partido e influyó sobre el pobre resultado de las elecciones autonómicas valencianas. De ser un gigante metroscópico pasamos a cuarta fuerza política en las Cortes Valencianas.

La última fase de Podemos, la posterior a las elecciones de los Secretarios Generales y Consejos Ciudadanos Municipales y Autonómico, se ha caracterizado por la emergencia de múltiples conflictos a escala local, en general motivados por el hecho de que Secretarios Generales y Consejos Municipales a menudo han desoído a los Círculos y a sus Asambleas. Por otro lado el Consejo Ciudadano Autonómico ha aparecido como un órgano inoperante, supeditado a decisiones que se tomaban por fuera de la estructura organizativa formal y a líneas de actuación que venían apuntadas desde la cúpula estatal. La situación organizativa de Podemos en el PV es desastrosa, el abismo entre los equipos directivos y las bases de los círculos se manifiesta en conflictos constantes en la mayoría de las ciudades valencianas. La situación de Alacant se reproduce en Castelló, en València, en Elx, en Alcoi, en Carcaixent, en la Vila, etc... Es el fruto de Vistalegre, el resultado de transformar un partido-movimiento en un partido. Es también el resultado de la exclusión de amplios sectores de la gente de los círculos, de la militancia de base, y de la división interna provocada por esta exclusión. Alacant y el País Valencià son simples ejemplos de la tónica general por todas partes el estado. La dimisión en bloque del Consejo Ciudadano de Alicante es una más de las múltiples dimisiones de cargos de dirección. En el Consejo Ciudadano Autonómico valenciano también se han producido dimisiones que se tienen que suplir.

Para recuperar un funcionamiento asambleario y plural tendremos que hacer efectivo el empoderamiento de los círculos, validando los existentes, dotándolos de manera efectiva de las capacidades que en parte ya están reconocidas en la estructura organizativa de Podemos (artículo 38 y artículos 41 a 45 de los Principios Organizativos Autonómicos); renovar los Consejos Ciudadanos y las Secretarías Generales, adoptando un sistema de elección de listas abiertas pero que al mismo tiempo impida las listas en plancha y que permita una representación integradora de las diferentes sensibilidades existentes en Podemos dentro de los órganos de dirección; y recuperar el sistema de votación de las cuestiones políticas clave mediante Asamblea Ciudadana, ajustando el censo a la realidad y fijando criterios que dificulten la manipulación externa de este sistema de decisión.

Es el momento, pues, de establecer un amplio diálogo con todas las sensibilidades cercanas tanto internas como externas a Podemos, desde Compromís a Unidad Popular, desde Claro que Podemos a Entre Todos Podemos. Como medidas inmediatas proponemos el establecimiento de un órgano de dirección provisional conformado y elegido por las bases de Alicante y la inclusión de los siguientes candidatos y candidatas más votados en las elecciones al Consejo Ciudadano Autonómico valenciano para suplir los consejeros vacantes. La decisión del Consejo Autonómico valenciano de incluir miembros de las otras listas sería una prueba de su voluntad de integración de la pluralidad, de fortalecer y cohesionar el partido y de abrirse a la militancia y a la participación democrática, valores troncales del ADN de Podemos. La democracia, la inclusión y la participación son la manera de resolver los problemas internos. La exclusión nos debilitará irremediablemente en el momento que más cohesión necesitamos.

La confluencia popular en el País Valencià

El gran éxito en el País Valencià de la coalición Compromís-Podemos en  las elecciones generales del 20D, hace pensar que en el inmediato futuro y seguramente más allá, este agrupamiento jugará un papel protagonista en las políticas de cambio que se desarrollen en nuestro territorio. El éxito ha sido el fruto de la confluencia.

No obstante, existe el peligro de que el agrupamiento sea dirigido de manera muy cupular, constituyéndose una dirección efectiva de éste que quede muy alejada de las bases, tanto de las de Podemos cómo de las de Compromís y de los partidos y grupos que lo componen. En ese caso el descontento no aparecería únicamente en Podemos sino también en Compromís.

Seria muy deseable que se pusieran en marcha fórmulas que permitieran la participación popular en la toma de decisiones de la coalición, mediante procedimientos de tipo asambleario en los que fuera posible integrar tanto a la gente de los círculos de Podemos, como a la militancia de los partidos de Compromís, como también a la de EUPV y a activistas de los movimientos sociales y ciudadanía no adscrita. De esta forma se romperían los compartimentos estancos de las diferentes militancias y se iría creando un movimiento popular de confluencia desde abajo. Dado los mapas políticos y las dinámicas específicas del PV, de Catalunya, de Galiza, etc... tendremos que pasar, necesariamente, de una estructura centralizada a una estructura confederal.


Trabajar en las instituciones y en los movimientos sociales para poder hacer cambios

La representación institucional, la constitución de grupos municipales y parlamentarios, la formación de gobiernos de cambio, todo esto resulta muy útil para poder realizar las transformaciones que Podemos desea hacer en beneficio de las clases populares. Pero la acción institucional, en todas sus vertientes, resulta insuficiente para llevar adelante grandes cambios, puesto que estos necesitan, para poder ser realizados, de la existencia de fuertes movimientos sociales, de la organización de la ciudadanía desde abajo en barrios y centros de trabajo y de la acción decidida de las clases populares en el día a día y a pie de calle para permitir que se pongan en marcha e impedir que sean boicoteados por los grandes poderes económicos y mediáticos y por su red de apoyo social.

En este sentido, toda una parte de la actividad de Podemos tendría que estar dedicada a promover la implantación de su gente en los movimientos sociales y la construcción de organizaciones sólidas de éstos, con completa autonomía respecto del poder político.


Marcar unos objetivos políticos claros y una estrategia adecuada para lograrlos

Podemos ha ido cambiando sus objetivos políticos, su programa, desde las elecciones europeas hasta ahora, dibujando una línea descendente respecto las características rupturistas de estos. Tal vez la excepción se haya dado respecto del derecho a decidir, que ha tenido que convertirse nuevamente en punto de referencia, al constituirse el agrupamiento En Común Podem.

La finalidad de esta moderación progresiva de los contenidos programáticos es doble: por un lado intentar situarse en el espacio político llamado “centro del tablero” y de esta forma aglutinar alrededor a sectores sociales más conservadores, ampliando el terreno electoral de Podemos; por otra, la moderación también pretende evitar el enfrentamiento con los grandes poderes políticos, empresariales y financieros y busca conseguir cambios reduciendo los enfrentamientos en el mínimo.

Los límites de la estrategia de ocupar el “centro del tablero” han quedado claros desde el surgimiento de Ciudadanos como fuerza ascendente y con la pérdida de espacio sufrida por Podemos durante meses, precisamente en el centro del tablero político. La recuperación parcial se ha producido durante la campaña electoral y ha venido de la mano de un retorno, al menos aparente, a la radicalidad del discurso lanzado por los líderes mediáticos y de las distintas confluencias realizadas en la periferia del estado.

El principal problema de la modestia en las reivindicaciones en la situación de crisis y emergencia que sufrimos es que, muy posiblemente, sea del todo insuficiente para que represente una salida a la crisis favorable a la ciudadanía y en las clases populares. Cuestiones como el paro, los bajos salarios, las condiciones laborales deterioradas, el deterioro ambiental acelerado, la insuficiencia de los servicios sociales o las condiciones muy precarias de la vida de muchas mujeres y de la gente joven, difícilmente van a encontrar solución a medio y largo plazo con un programa basado en evitar las rupturas, tanto políticas como económicas.

Si la situación económica se vuelve a deteriorar, escenario que entra dentro del posible tanto por la marcha de la economía mundial, como por medidas que pueden adoptarse desde el Banco Central Europeo o desde Bruselas, los programas de mínimos serán todavía más ineficaces, por la carencia de recursos del Estado y por la incapacidad de éste para conseguirlos.

Hay que plantearse, más allá del inmediatismo electoralista, qué tipo de programa podría garantizar una salida a la crisis, diferente a la que hasta ahora nos han ofrecido los partidos del sistema. También se tiene que poner encima de la mesa la estrategia que puede conducirnos a un cambio efectivo de políticas. Esta estrategia tendrá que contemplar necesariamente la pugna posible con los grandes poderes económicos, políticos y mediáticos y la forma de ganarla. Intentar ocultar la posibilidad de la confrontación y no prepararla, sólo puede conducir a falsas ilusiones y al desastre.

Tenemos que hacer una política europea y solidaria si queremos ganar

El ejemplo de Grecia nos ha mostrado bien claramente el talante implacable de los poderes económicos y políticos quer hoy por hoy gobiernan Europa. Estos poderes han decidido ahogar Grecia si el gobierno de Syriza no cumplía sus exigencias y, realmente, ahogarla también en la práctica si los cumple.

El caso griego nos ha mostrado que se tiene que tener un plan alternativo para poder enfrentarse a la dureza sin misericordia de Bruselas y de la Troika, pero también que resulta muy difícil para un Estado aislado hacer frente a los poderes económicos y políticos europeos. Por eso hay que tejer una alianza de los pueblos que vaya más allá de los países y de los estados y que, en un primer momento, tendría que alcanzar como mínimo a los países de los sur europeo más golpeados por la crisis. Esta entente que tendría que incluir tanto en partidos, movimientos y organizaciones populares como gobiernos de cambio, tiene que diseñar un plan común capaz de hacer frente, con posibilidades de éxito, a las políticas de Bruselas y de la Troika.

Es ahora cuando toca

Ahora es el momento de ponernos en marcha una vez más. Ignoramos si en el Estado español se constituirá un nuevo gobierno que supere la difícil aritmética parlamentaria resultante del 20D o si iremos a unas elecciones anticipadas. Sea como fuere, pensamos que los fundamentos que nos permitirán llevar adelante los cambios que necesitamos, más allá de gobiernos y de elecciones, son los del empoderamiento popular reflejados en el 15-M, la PAH, las mareas y Podemos antes de Vistalegre, verdaderos motores de la movilización, de la ilusión y del cambio. Es claramente el momento de reinventarnos, de construir una amplia confluencia social y organizativa, tanto externa como interna, que nos fortalezca frente a los retos de la legislatura. Hay que respetar las bases de Alicante e inyectar savia activista nueva en el Consejo Autonómico Valenciano. No lo haremos solos, no lo haremos sin las bases, no lo haremos sin las confluencias externas e internas, no lo haremos sin la gente. 

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